En la actualidad, los medios de comunicación tienen un poder inmenso para influir en la percepción pública de diversas prácticas y realidades, y la gestación subrogada no es una excepción. Aunque la gestación subrogada ha sido una opción viable para muchas personas que no pueden concebir de manera tradicional, la manera en que los medios de comunicación presentan este proceso es a menudo sesgada, superficial y, en muchos casos, negativa. Este tipo de representación puede tener consecuencias significativas, tanto para los padres comitentes como para las madres gestantes y los propios niños nacidos mediante este proceso.
Muchos medios de comunicación tienden a presentar la gestación subrogada de una manera sensacionalista, enfocándose en los aspectos más dramáticos y conflictivos del proceso. Las historias suelen centrarse en casos extremos, como disputas legales entre las madres gestantes y los padres comitentes, o en la supuesta explotación económica de las mujeres que se convierten en gestantes subrogadas. Este enfoque tiende a deshumanizar tanto a las madres gestantes como a los padres, reduciendo el proceso a un conflicto de intereses y dejando de lado las motivaciones emocionales y altruistas de muchas de las personas involucradas.
A menudo, las representaciones en los medios también perpetúan estereotipos negativos de la gestación subrogada, asociándola con la idea de «mercantilización de la maternidad» o la explotación de mujeres de clases sociales más bajas. Este enfoque puede generar una percepción errónea de que todas las mujeres gestantes lo hacen por necesidad económica, y no por deseo de ayudar a otras personas a formar una familia, o por una motivación emocional genuina.
Otro de los problemas comunes en la cobertura mediática de la gestación subrogada es la falta de contexto y comprensión de los aspectos legales, médicos y emocionales que acompañan el proceso. En lugar de educar al público sobre cómo funciona la gestación subrogada y cuáles son las regulaciones que la rigen en diferentes partes del mundo, muchos medios prefieren centrarse en el escándalo y el conflicto. Esta falta de información adecuada contribuye a la desinformación generalizada y a la creación de mitos sobre la práctica.
Por ejemplo, los medios pueden enfocarse en casos aislados de fraude, disputas sobre la custodia de los niños nacidos por gestación subrogada, o problemas médicos sin dar un panorama más amplio de las experiencias positivas y satisfactorias de muchas familias que han optado por este camino. Al no proporcionar detalles sobre los procesos legales que garantizan la protección de todas las partes involucradas o la atención médica integral que las gestantes reciben, los medios perpetúan una visión distorsionada y alarmista.
Las madres gestantes también son objeto de una representación negativa en los medios de comunicación. A menudo son retratadas como mujeres que «venden» su cuerpo o como víctimas de un sistema que las explota, sin que se reconozcan sus razones personales o su agencia en el proceso. En muchas historias, la maternidad subrogada se presenta como una transacción puramente económica, ignorando las dimensiones emocionales y altruistas que para algunas mujeres juegan un papel clave en su decisión.
Este enfoque reduce la complejidad del proceso a un simple contrato comercial, sin considerar la relación emocional que puede existir entre la madre gestante y la familia que está esperando al bebé. Como resultado, las madres gestantes son estigmatizadas y vistas como personas que carecen de control sobre sus cuerpos, lo cual refuerza una narrativa negativa que perpetúa prejuicios y malentendidos.
Las representaciones erróneas en los medios tienen un impacto real en cómo se percibe la gestación subrogada en la sociedad. La desinformación puede generar una sensación de desconfianza y rechazo hacia esta opción reproductiva, afectando tanto a las personas que la consideran como alternativa, como a las que ya han pasado por el proceso. Además, la estigmatización de las mujeres gestantes y la reducción del proceso a un intercambio comercial perpetúan prejuicios hacia las mujeres en general, despojándolas de su agencia y reduciendo su participación en un acto de profunda generosidad.
Además, la falta de comprensión de las implicaciones legales y emocionales del proceso puede llevar a una visión polarizada, donde se ve a la gestación subrogada como algo completamente bueno o completamente malo, sin una evaluación crítica y matizada.
A pesar de la prevalencia de una narrativa sensacionalista y negativa sobre la gestación subrogada en muchos medios de comunicación, existen algunas plataformas y periodistas comprometidos con ofrecer una representación más precisa y equilibrada del tema. Estos medios se destacan por ir más allá de los estereotipos, proporcionando una cobertura profunda que incluye tanto los aspectos legales, éticos y emocionales del proceso como las experiencias positivas de familias y madres gestantes.
Estos medios minoritarios se enfocan en desmitificar el proceso de la gestación subrogada, ofreciendo información fundamentada y proporcionando espacios donde las voces de los involucrados —padres, madres, gestantes y profesionales de la salud, entre otros— son escuchadas de manera respetuosa y completa. A través de artículos y reportajes bien investigados, se brindan perspectivas diversas que ayudan a la audiencia a comprender la complejidad de esta práctica, alejada de las imágenes de conflicto o explotación que a menudo dominan los titulares.
En muchos casos, estos medios también trabajan en colaboración con expertos en medicina reproductiva, derecho y ética para asegurar que la información compartida sea precisa y esté actualizada. Al hacerlo, juegan un papel crucial en la educación del público y en la creación de un diálogo más informado sobre la gestación subrogada, promoviendo la empatía y el entendimiento sobre los desafíos y las recompensas que este proceso implica para todos los involucrados.
La labor de estos medios alternativos es esencial, ya que permiten que el público tenga acceso a una narrativa más completa y menos polarizada, contribuyendo a la ruptura de los mitos que rodean la gestación subrogada.
Es esencial que los medios de comunicación asuman una responsabilidad mayor a la hora de informar sobre temas tan complejos como la gestación subrogada. En lugar de enfocarse únicamente en los aspectos negativos y sensacionalistas, deberían proporcionar una cobertura más equilibrada que incluya las experiencias positivas y las historias de éxito, así como una explicación adecuada de los aspectos legales, médicos y éticos involucrados.
Esto no solo ayudaría a mejorar la comprensión pública sobre la gestación subrogada, sino que también ofrecería un espacio para que las voces de las madres gestantes y las familias que han optado por este proceso sean escuchadas y valoradas en su totalidad. A través de una representación más responsable y matizada, los medios de comunicación pueden desempeñar un papel crucial en la creación de un discurso más informado y empático sobre la gestación subrogada.
En definitiva, cambiar la narrativa mediática puede ayudar a combatir los prejuicios, promover la empatía y, sobre todo, proporcionar una representación más justa y completa de una opción reproductiva que, para muchos, ha significado el cumplimiento de un sueño de paternidad o maternidad.