La fertilización in vitro (FIV) es un viaje complejo y emocional, lleno de decisiones críticas que pueden afectar el éxito del tratamiento. Una de estas decisiones es la elección del embrión que se transferirá al útero.
La selección de embriones es un paso fundamental para aumentar las posibilidades de un embarazo exitoso e implica una combinación de criterios médicos y científicos. En este texto exploraremos los principales factores que guían la elección del mejor embrión para la transferencia.
Uno de los primeros criterios considerados en la selección de embriones es la calidad morfológica. Este se refiere al aspecto del embrión bajo el microscopio, evaluando aspectos como el número y uniformidad de las células y la presencia de fragmentación celular.
Los embriones de alta calidad morfológica tienen mayores posibilidades de implantarse con éxito en el útero y convertirse en un embarazo saludable. Sin embargo, es importante señalar que la morfología por sí sola no es un indicador absoluto de éxito, sino más bien uno de varios factores a considerar.
La tecnología moderna permite el análisis genético detallado de los embriones antes de la transferencia, mediante Pruebas Genéticas Preimplantacionales (PGT). Esta prueba evalúa los embriones en busca de aneuploidías (anomalías en la cantidad de cromosomas) y enfermedades genéticas específicas.
Los embriones genéticamente normales tienen mayores posibilidades de dar lugar a un embarazo viable y reducir el riesgo de aborto espontáneo. El PGT está especialmente recomendado para parejas con antecedentes de trastornos genéticos o fallos repetidos de implantación.
Otro factor crucial a la hora de elegir el embrión es la etapa de desarrollo. Los embriones que alcanzan el estadio de blastocisto, normalmente entre el quinto y sexto día después de la fecundación, tienen mayor potencial de implantación.
En esta etapa, el embrión ya ha pasado por un proceso de selección natural, donde sólo los más viables alcanzan esta etapa avanzada de desarrollo. La transferencia de embriones en la etapa de blastocisto permite una mejor sincronización con el endometrio, lo que aumenta las posibilidades de una FIV exitosa.
La elección del mejor embrión depende también de la sincronización con el ciclo endometrial de la paciente. El endometrio necesita estar en una fase receptiva para que el embrión se implante con éxito.
El seguimiento del ciclo menstrual de la paciente y la preparación endometrial, mediante medicamentos hormonales, son fundamentales para asegurar que el embrión se transfiere en el momento ideal. Este enfoque personalizado maximiza las posibilidades de una implantación exitosa y un embarazo saludable.
Finalmente, la elección del embrión ideal también debe tener en cuenta los objetivos y deseos personales de la pareja o individuo sometido a tratamiento.
Algunas pacientes pueden preferir transferir solo un embrión para reducir el riesgo de embarazos múltiples, mientras que otras pueden optar por transferir más de un embrión para aumentar las posibilidades de éxito inmediato.
Estas decisiones deben tomarse junto con el médico especialista, considerando todos los riesgos y beneficios, además de las expectativas personales de los futuros padres.
Elegir el mejor embrión para la transferencia FIV es una decisión compleja que involucra una combinación de factores médicos, científicos y personales.
Al considerar la calidad morfológica, la evaluación genética, la etapa de desarrollo embrionario, la sincronización con el ciclo endometrial y las preferencias individuales, las pacientes pueden aumentar significativamente sus posibilidades de tener un embarazo exitoso.
Consultar con expertos experimentados y conocedores es fundamental para garantizar que cada decisión se tome basándose en la mejor evidencia disponible y alineada con los objetivos de la familia en crecimiento.
Todo lo que hemos descripto sobre la FIV, se aplica completamente si la familia desea realizar un proceso de gestación subrogada, teniendo en cuenta, que una parte fundamental del proceso de gestación subrogada es la FIV, o fecundación in vitro.
La única diferencia será en cuanto la mujer receptora de los embriones. En la FIV tradicional será la futura madre, y en la gestación subrogada la receptora de embriones será la mujer gestante.