El útero es el órgano muscular hueco donde se puede desarrollar un embarazo en la mujer. Al igual que en otros órganos, en el útero también puede desarrollarse un cáncer. Esto comprometería la capacidad reproductiva de la mujer.
Por ello, es importante ante todo tipo de cáncer ofrecer a la paciente la posibilidad de preservar su fertilidad vitrificando sus óvulos por si quisiera ser madre en un futuro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en el caso del cáncer de útero es posible que la mujer no pueda gestar.
Lo cierto es que hay un gran rechazo al tratamiento por cirugía debido al deseo de ser madre, pero los tratamientos conservadores presentan el riesgo de tratar de forma incompleta el cáncer.
Cada mujer es diferente y puede presentar unos signos que hagan sospechar de un posible cáncer de útero. Pese a ello, los síntomas más habituales del cáncer de útero son los siguientes:
El sangrado vaginal anormal es un síntoma muy común y de aparición precoz en el cáncer de útero. Sin embargo, todos estos síntomas son comunes con otras enfermedades o afecciones, por lo que en caso de presentar alguno de ellos es importante acudir al médico para determinar su causa.
Existen dos tipos de cáncer de útero según su localización:
Generalmente cuando se habla de cáncer de útero se hace referencia al cáncer de endometrio por ser el que más incidencia tiene.
El riesgo de cáncer de endometrio puede verse aumentado por la obesidad, la presión arterial alta, la diabetes mellitus y la toma de estrógenos (sin progesterona). En el caso del sarcoma uterino el riesgo se puede ver aumentado por la radioterapia dirigida a la pelvis.
Además, el tratamiento del cáncer de mama mediante tamoxifeno puede aumentar el riesgo tanto de cáncer de endometrio como de sarcoma uterino.
Para poder diagnosticar con seguridad este tipo de cáncer hay que realizar un examen pélvico. Este estudio consiste en palpar el tamaño, la forma y la posición del útero y los ovarios introduciendo en la vagina uno o dos dedos a la vez que se presiona la parte baja del abdomen con la otra mano.
El tratamiento va a depender del tipo de cáncer de útero que presente la paciente y del pronóstico según el tamaño y tipo de tumor. En general se puede decir que el sarcoma de útero es más difícil de curar que el cáncer de endometrio.
La cirugía es el tratamiento más común para ambos tipos de cáncer de útero para evitar que el cáncer continúe creciendo y se extienda a otros tejidos y órganos. Las cirugías que se realizan tienen la finalidad de extirpar los ovarios y las trompas (salpingooforectomía bilateral) o/y el útero (histerectomía).
Otros tratamientos son la radioterapia, la quimioterapia, la terapia hormonal y la inmunoterapia.
En caso de que el tratamiento de elección sea la cirugía, que sería lo más normal, puede ser necesario acceder a la gestación subrogada para acceder a la maternidad.
Si se emplea alguno de los otros tipos de tratamiento en lugar de la cirugía la mujer podría quedarse embarazada en un futuro, aunque la radioterapia y la quimioterapia tienen un efecto negativo en la fertilidad.
Fuente: Babygest